“He sido pobre y quería documentar la pobreza; había perdido un hijo y estaba obsesionada con el nacimiento; me interesaba la política y quería saber cómo afectaba nuestras vidas; soy mujer y quería saber sobre mujeres”.
Eve Arnold
Hija de inmigrantes rusos judíos nació en Philadelphia en 1912, su pasión por la imagen la llevó a estudiar fotografía en 1948 con Alexei Brodovitch en la New School for Social Research de Nueva York donde, según nos relatan sus nietos en la web que han realizado para homenajear su trabajo y memoria: “la clase ridiculizó sus primeras fotos porque eran muy malas”.
Primer encargo
Sin embargo, aquello no minó su determinación y, llegó al primer encargo que recibió para fotografiar los desfiles de moda de las iglesias de Harlem con una idea muy clara que relató a sus nietos años después: “en la década de 1950 la fotografía de moda se centraba sobre todo en el trabajo de estudio y faltaba que se mostrara el background, la cara oculta”. O como se cita en la obra de Brigitte Lardinois Eve Arnold’s People (2009): “Esperaba que la gente estuviera lo suficientemente ocupada como para que no se diera cuenta de que estaba allí”.

Eve reflexionaba de esta manera sobre lo que nos descubrirían sus imágenes más icónicas, el background de los ídolos, la fama vista desde bambalinas, cuando eran las figuras del cine y la política los que construían sus imágenes; y los rostros de los desfavorecidos, de las clases sociales que sufrían las decisiones que se tomaban en los despachos de Washington cuando su ojo y su cámara se posaba sobre la realidad con intención social.
Agencia Magnum
Aquellas primeras fotografías de los desfiles de Harlem impresionaron a Brodovitch, quien le encargó un estudio completo que sería publicado en la revista Picture Post.
“Henri Cartier-Bresson y Robert Capa, que habían creado Magnum Photos hacía poco, vieron las imágenes en Picture Post e invitaron a Eve a unirse a la agencia fotográfica. Y, como se suele decir, el resto es historia”
Historia de la fotografía, historia de la Agencia Magnum y de la primera mujer, junto a Inge Morath, que se incorporaba a la prestigiosa agencia con la que se asociaría en 1951 y que nos dejaría algunas de las imágenes más icónicas del siglo XX.
Es el fotógrafo, no la cámara, el instrumento
“Si pudiste hacer eso con ella, imagina lo que podrías hacer conmigo”. Simple y directa, esa atribuida a Marilyn Monroe en su primer encuentro con Eve Arnold aparece en varias fuentes. Con ello, nos podemos hacer una idea del prestigio que adquirió Eve Arnold entre las estrellas de Hollywood. Marilyn se refiere aquí al trabajo que la fotógrafa realizó a Marlene Dietrich en 1952.
Los propios nietos profundizan sobre esta anécdota, que no sería más que eso, una anécdota, si no fuera porque mostraba una de las grandes virtudes, y eje del trabajo que realizó Eve durante toda su vida. Y que además sirve para aportarnos una valiosa lección de cómo debemos afrontar la construcción de una imagen de la experiencia de quienes crearon los iconos más reconocibles de nuestra era.
“Si un fotógrafo se preocupa por las personas que están ante la lente y es compasivo, se da mucho. Es el fotógrafo, no la cámara, el instrumento”.
Más sobre Eve Arnold
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